Presas




El mundo es una escala de grises, pero siempre lo vemos en blanco y negro. El blanco de quien es inocente y se acerca a la prisión con miedo a convertirse en una víctima. El negro que inunda las celdas de aislamiento. Y el gris que envuelve el lugar, plagado de matices.
Un día me dijeron: "Leire, no vayas a la cárcel, hay gente peligrosa". Y les sorprendió cuando contesté: "Y fuera también".
Ambientada en una cárcel, Presas narra la realidad de una prisión desde dos puntos de vista opuestos: el de Leire, que accede como voluntaria, y el de Azahara, encerrada por un crimen terrible. Sin embargo, por muy distintas que sean sus perspectivas, pronto ambas descubrirán que unos barrotes no son la única forma de convertir a las personas en presas. 

Después de haber leído Aunque llueva fuego de la misma autora, nos han entrado aún más ganas de leer esta historia escrita por la Beatriz Esteban, aunque conociendo los "efectos secundarios" que nos ha producido la obra publicada por La Galera, teníamos cierto miedo a no salir indemnes de esta lectura, y así ha sido.



Esteban escribe historias que van directas al corazón, a destrozárnoslo sin piedad, y luego a ver cómo lo recomponemos, aunque intente darnos un toque de esperanza. A pesar de que es un libro muy intenso y que juega con todas nuestras emociones, ha merecido la pena leerlo, ya que ella nos cuenta una historia ficticia (pero que podría ser real) después de haber experimentado ella misma como voluntaria en una prisión, además de que la joven está estudiando el Grado en Psicología, y se nota que habla con conocimiento de causa cuando tiene que hacer referencia a ciertos síntomas o patologías.

Azahara, una de las jóvenes que nos cuenta la historia de este libro, tiene 22 años y está en la cárcel tras ser declarada culpable por un crimen que cometió. Aunque ella ya lleva un año en la cárcel, no conoce realmente los entresijos ni los tejemanejes que ocurren a diario, ya que entró directamente al módulo de madres. Sí, Azahara está en la cárcel, y su hija de casi tres años está con ella, por ahora.

Leire, es una joven bailarina que se presenta para ir voluntaria a la cárcel durante uno de los meses de verano. Leire va allí porque quiere, podría elegir no ir, pero ha decidido que quiere ver la realidad por sí misma. De alguna manera, quizá así pueda perdonarse a sí misma por algo que hizo. ¿El qué? Nos lo cuentan a lo largo de las páginas, por lo que en Mundo Gamusino no vamos a contaros nada.

A lo largo de la trama nos vamos a encontrar con muchos personajes secundarios, siendo cada uno de ellos muy importante para el desarrollo de la historia. Algunos nos van a parecer simpáticos, otros todo lo contrario, pero todos ellos representan una posible realidad.

Después de haber leído tanto el libro como la nota de la autora, no podemos dejar de estar de acuerdo con ella. Utilizando las propias palabras de la autora: " Nuestra falta de sentido crítico en numerosas ocasiones nos hace aceptar la cárcel como la única respuesta válidad y eficaz frente atodo error cometido, pero olvidamos que la persona que entra en prisión, cuando haya cumplido la condena volverá a la sociedad y tendrá que integrarse haciendo vida normal, cosa que será difícil si todo lo que ha conocido entre rejas ha sido la delincuencia y la desesperanza. ... Nada es blanco o negro. Y todos, absolutamente todos, somos gris".

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