Las pruebas de la sucesión virtuosa han terminado. EL príncipe Andreus es el rey, y la princesa Carys está muerta. Mientras Andreus vive obsesionado por lo que hizo para conseguir el trono, descubre que su sueño de gobernar es sólo una ilusión. La gente ama a su gemela muerta más que nunca y los Ancianos lo tratan como una figura decorativa vulnerable a los ojos de sus rivales.
Sin embargo, a pesar de lo que sucedió durante las Pruebas, Carys está viva. Exiliada en el desierto, lucha por vencer los efectos persistentes de las lágrimas de medianoche y por controlar los poderes que se han liberado dentro de ella. Y a medida que se fortalece, también lo hace su convicción de que debe regresar al Palacio de los Vientos, enfrentarse a su gemelo y erradicar la traición que comenzó mucho antes de que empezaran las primeras Pruebas.
El reino de Eden se está oscureciendo cada día que pasa. Y hermano y hermana, antiguos enemigos, deberán decidir si la traición puede perdonarse, si sólo uno gobernará o ambos lo perderán todo.
Después de haber leído Reino dividido, no podíamos hacer otra cosa que no fuese continuar la historia y la verdad es que esta segunda parte no nos ha defraudado.