La magia existe. Aunque nadie la llama así: la llaman prodigios. Para que suceda un prodigio alguien tiene que pedirlo y esperar a que los dioses, sean cuales sean, respondan.A veces los prodigios ayudan. Otras tienen consecuencias espeluznantes, como terremotos, plagas y bestias monstruosas.Desde que la Inquisición los prohibió en Europa, pasaron a convertirse en meras leyendas. Pero todo cambia con el desembarco en el Nuevo Mundo...A principios del siglo XVIII, las colonias británicas bullen de actividad: hay cazatesoros, inquisidores y nativos, y los monstruos campan a sus anchas. Allí es donde envían a las hermanas Woodcombe: Olive, fascinada por todo lo que encuentra, y Hester, obsesionada con una melodía que puede salvar o condenar todo lo que ama.
Cuando salió este libro a la venta hemos tenido sentimientos enfrentados, ya que la trilogía de La segunda revolución empezó muy bien, pero para nosotros acabó bastante mal, tanto que no conseguimos finalizar el tercer libro. Aún así, nos hemos animado a leerlo y la verdad es que nos ha gustado bastante.