Orión está cansado de ser el esclavo de Hera desde que su madre, la Diosa del Caos, fue condenada por su ambición. Hera le ha tratado siempre más como un criado que como el Dios que es. Y quiere que eso acabe.
Asteria está cansada de luchar. Desde que el pueblo de las amazonas fue arrasado hace años, ella y sus hermanas viven esclavizadas y obligadas a servir al Emperador de Élada como gladiadoras. Y quiere que eso acabe.
El mundo de Orión es dorado como solo puede serlo la grandeza de los dioses; el mundo de Asteria es rojo como solo puede serlo la sangre que derrama cada día.
Ambos buscan venganza hacia quienes los encadenas en esos mundos.
Ambos buscan libertad, y harán lo que sea necesario para conseguirla.
Pues poco nos ha costado decidirnos a leer este libro, sobretodo cuando se había propuesto una lectura conjunta entre mis pandas (Rubíes literarios, Another geek girl, Devorador de libros y Aki no negai). Así que nos hemos puesto manos a la obra, y ya nos lo hemos acabado.