Silvia no encaja en su familia ni en su instituto. Hace lo imposible por tener una vida normal, pero no se siente feliz. En su vida falta algo, pero no sabe el qué. Rubén, en cambio, se siente querido por su familia adoptiva, pero no puede olvidar a la hermana melliza de la que lo separaron cuando eran bebés. Así que decide viajar a Madrid para buscarla. Pero la búsqueda no será tan sencilla como se imaginaba. Cuando llega a la capital, se encuentra con un rompecabezas lleno de piezas difíciles de encajar.
Este libro lo hemos descubierto, para variar, paseando entre las estanterías de la biblioteca y nos lo hemos traído para casa. De las 300 páginas que tiene, las doscientas primeras nos las hemos bebido. Las últimas 100 nos han costado un poco más, y creemos que parte de la trama está inconclusa, pero aún así ha resultado entretenido.