Desde muy pequeña, Maya se ha sacrificado en cuerpo y alma por el ballet. Trabaja como solista en la Compañía Nacional de Danza y los ballets más prestigiosos han puesto sus ojos en ella. Sin embargo, un grave accidente acaba con su futuro prometedor. El único mundo que Maya conoce se ha derrumbado. 
Su abuela, que ha guiado cada uno de sus pasos, la culpa por lo sucedido. 
La usencia de su madre pesa más que nunca. Y un hallazgo fortuito abrirá una profunda herida. 



Ya hacía mucho tiempo que no leíamos un libro de María Martínez, y no nos ha defraudado en absoluto. Nos encontramos ante un libro que cura, pero para llegar a eso, va a destrozarnos lentamente. 


Maya es una joven con la que nosotros hemos conectado mucho por diferentes motivos, y ha conseguido que nos enganchemos a su historia terminando el libro casi en tiempo récord, teniendo que pasar un pequeño duelo al terminarlo. 


 La situación de Maya es bastante peliaguda, ya que vive bajo el yugo de su abuela, la cual no permite nada que sea inferior a la perfección, con el coste físico y emocional que tiene para ella. 


Es una historia emocionalmente muy intensa. Durante todos los pasos que va a dar Maya en su periplo para encontrarse (y respetarse) a sí misma, vamos a tener el corazón en un puño, pues no nos lo va a poner fácil para que nos relajemos. 


Nos habíamos tomado un descanso de esta autora, pero no porque no nos gustansen sus historias, sino porque son muy duros a nivel emocional y hay que tomarse un tiempo para recuperarse de uno antes de leer otro, aunque sí nos ha quedado claro que queremos volver a ella y no perderle la pista. 


Recomendamos mucho este libro a las personas a las que les guste la novela romántica, con afán de superación y con una historia muy bonita detrás. 

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